jueves, 6 de agosto de 2009

De niños y de hombres

Hoy mi hijo se hizo hombre.  De golpe y ante mis ojos.   Hoy acompaño a una de sus amigas a despedir a su padre, a la sala de velación entro un niño y salió un hombre.

Lo vi sostenerla y confortarla, aguantando las lágrimas para darle valor, lo vi cual largo y decidido es y mis propios ojos se anegaron en lágrimas por que por mas que traté de protegerlo de la vida está lo alcanzó en su adolescencia.

Lo vi abrazar a su propio padre casi con reverencia, recogió su habitación y ayudó a su hermano con su cena.

Hoy mi precioso hijo entendió que ya es un hombre… hoy mi amado hijo despidió al niño.

miércoles, 15 de julio de 2009

Casa de locos…

Siempre he soñado con vivir en un cuadro.  Uno de esos paisajes que nos muestran una alfombra de nieve franqueada por arboles secos y desnudos que se agitan al ritmo que marca una tormenta invernal.

Se me antoja fría y solitaria pero al mismo tiempo acogedora, pienso que fácilmente podría fundirme en el sin resaltar, perdida entre sus grises y matices térreos.

Podría moverme al ritmo de la ventisca con los ojos cerrados y los brazos alrededor de mi pecho, mientras el pelo húmedo se me pega a la cara.

Y si el frio fuera intolerable, entraría a mi cabaña enclavada en la falda de una montaña en el que jubiloso, me esperaría una chimenea encendida y cuyas llamas me saludarían en medio de su constante crepitar.

invierno

La cruda realidad es que vivo en un Kandinsky.   Todo confusión y efervescencia, rodeada de colores brillantes y figuras abstractas, rodeada del caos y del todo, perdida en la nada.

Vivo en un  cuadro donde tienes que ver muy detenidamente para encontrarme, donde tienes que abrir tus sentidos para entenderme, donde todos tienen razón, pero al mismo tiempo todos están tan equivocados.

Vivo en un cuadro donde no importa quien soy ni como me veo, por que estoy escondida entre sus líneas, por que lo que me rodea es más agobiante, más prioritario más impresionante.

Y sin embargo, por extraño que pareciera encajo perfecto, sin mi el Kandinsky no sería Kandinsky, mi vida no sería mía fuera de aquí.  Por que soy toda caos e inequilibrio.

Vivo plena y hago lo que puedo en un mundo parecido a un Kandinsky.

 

kandinsky

viernes, 27 de marzo de 2009

Momentos Pendientes

Es curioso como el ser humano tiene que vivir casi una vida para ubicar todas las cosas en su justa perspectiva. Es en la madurez de nuestras vidas cuando el verdadero sentido de nuestras acciones toman vida y no solo eso se aplican a torturarnos una y otra vez, todos nuestros aciertos y errores danzan de manera bizarra ante nuestros ojos como burlándose de nuestra ingenuidad.

En algún momento de mi alocada juventud, desee con todas mis ganas una marido con el que compartir mi vida, alguien que se convirtiera en testigo fiel de mi existencia; años después no veo el momento de sacármelo de encima… no a atestiguado nada, por que para èl soy un espiral, una carretera llena de curvas peligrosas que bien puede ocupar el lugar de su madre, que el de la secretaria o el de su amante en la cama. Es solo una rémora energética que me absorbe todo lo que tengo para ofrecer y me desaparece de la faz de este planeta marchitándome día a día.

En algún momento de mi plan de vida me perdí por completo, me uní a una idea que no era la mía y me coloque voluntariamente en el segundo lugar de la lista de necesidades de nadie.

Tomar la decisión de caminar en solitario es tan difícil como volver a respirar, sobretodo después de tantos años.

Hoy estoy lista para cerrar ciclos, lista para emprender nuevos retos. Tal vez debí comenzar hace quince años, pero creo que no lo hubiera disfrutado y sobre todo no lo hubiera valorado como lo hago hoy.

Tuve un tiempo tanta prisa por experimentar que me olvide de vivir. Este es el momento de acabar con todos mis momentos pendientes. Hoy me amo mas que nunca y me siento fuerte a pesar de lo inestable que se vuelve mi camino.

domingo, 15 de febrero de 2009

En tiempos amargos…



Mucha gente vive aferrada al pasado, recordando lo que fué y lo que posiblemente hubiera sido. Evito fehacientemente esta práctica, en primera por que mi pasado no es algo que me encante y en segunda por que el hubiera es el tiempo de los tontos.


En la vida debemos adaptarnos a lo que nos llega, el hombre es un ser maleable por naturaleza pues a lo único a lo que nunca se acostumbrara es a no comer.


Siempre es en los tiempos de crisis cuando hacemos retrospección de nuestra vida y es muy triste en algunas ocasiones ver que es mas lo que hemos restado que lo que se ha sumado. Sin embargo, no todo es tiempo perdido; la experiencia, que es una virtud sobrevaluada, resulta que en estas ocasiones es cuando nos sirve de mucho.


Un viejo adagio reza que si te caes 7 veces levántate 8, lo que el adagio no nos dice es que cuando te levantes la octava vez procures caminar sin tropezarte con piedras del mismo tipo.


Es en esta época, y no quiero usar la palabra “crisis”, cuando sentimos que todos los caminos se nos cierran y que la obscuridad que nos rodea nos asfixia, es entonces cuando comenzamos a cuestionar nuestra propia existencia. ¡Vamos! no es para tanto, es cierto que hemos perdido dinero, poder adquisitivo y en algunas ocasiones hasta parte de nuestro patrimonio, pero solo es eso; activo fijo que vamos adquiriendo a lo largo de nuestra vida.


No ganamos nada con analizar microscópicamente nuestras decisiones pasadas, es hora de fijarnos en el presente mas que en el futuro y partir del punto que todo lo que tenemos o tendremos ha sido y va a ser a base de nuestro trabajo.


Así que, si en este momento estamos en la lona, hagamos de tripa corazón y a levantarse… que después de todo… mañana será otro día